viernes, 1 de julio de 2011

Yoly Luna

Estas imágenes pertenecen al pasado Eclipse Lunar (15/06/2011). Están recogidas de la página oficial de National Geographic; me la mostró mi maestro de historia y como bien dice la página anglosajona esta mucho más elaborada que la hispana.





Os preguntareis a que se debe este seudónimo cariñoso.

No seré yo quien os lo cuente…

“Yoly, hay preguntas que no tienen una respuesta directa, o una única respuesta, y hay preguntas que ni yo mismo he planteado, y que ahora tu me haces plantear.

Mi decisión de en cierto modo “bautizarte” como YOLY LUNA, o MI LUNA es porque desde el momento en el que decidí llamarte así, comenzaste a ganarte esa especie de nuevo apellido. La luna para mí siempre, desde muy joven, ha simbolizado y ha trasmitido la belleza, la pasión, el romanticismo por excelencia, también la ilusión de algún día poder tocar y palpar de cerca algo que tanto me atrae, el poder verla cada día, el sentir que aunque nublado, su haz de luz se hace denotar entre la densidad de las nubes. La luna me simboliza también el misticismo, la magia de cómo algo que dices “esto no puede ser” llega a ser, la pasión guardada y contenida, y esa picardía y conocimiento que es difícil de distinguir. Dependiendo del estado de la luna se puede sentir como trasmite más alegría o más tristeza, pasión o soledad, paz o alteración. Y todo eso, comencé a verlo en ti, poco a poco, no de golpe, pero paso a paso, dando pasos muy medidos y siempre firmes, fuiste mostrando una faceta nueva de ti, que reflejaba tu pureza, su honestidad, y la cada vez mayor confianza entre nosotros. Poco a poco también, me di cuenta de que mi decisión de nombrarte como posiblemente el astro más importante para mí, fue una decisión acertada. Nuestras conversaciones nocturnas además han hecho que la luna estuviese ahí más presente, y los meses donde hubo una ausencia casi total, se me hicieron algo más llevaderos observando la luna. El por qué decidí decirte un día YOLY LUNA, la verdad, no lo se, fue un acto intuitivo, que sus motivos tendrá  en esta u otra vida, y del cual me alegro y repetiría una y otra vez.

La luna en sí, ha sido y es para mí algo muy importante. Es la fiel observadora de las desdichas y alegrías del ser humano, de su historia, siendo ella misma historia viva. Es testigo de los momentos más hermosos e íntimos que pueden tener dos amantes nocturnos, es un todo, concentrado en una figura que tiene la capacidad de cambiar de forma y color sin depender de ella misma.

Y tú, YOLY LUNA, te has convertido en una persona más importante de lo que sería la propia luna, con tus conversaciones, tu forma de hablar, de ser, de sentir, de escuchar; podría afirmar con total seguridad que eres para mí la personificación más perfeccionista de la luna, o lo que podría ser similar, eres descendiente directa de la luna, traía hasta mí de un modo secreto y místico que solo las Parcas conocen.

La luna y tú guardáis además un lado oculto, un lado que no dejáis ver a nadie por mucho que os importe, y un lado que me he propuesto descubrir, pero no por cuenta propia, sino de las mano de mi anfitriona, que me irá dando (espero), todas las indicaciones para ir desvelando los jeroglíficos que la conforman. Continuando con los símiles, me encanta la luna, y me encantas tú, quiero que la luna esté presente en los mejores momentos de mi vida, al igual que quiero que lo estés tú.

Si me pidiesen escribir sobre la luna, escribiría sobre ti, porque para mí, los títulos están cambiados: Tú, Yoly, has pasado a ser mi Luna, y el astro que brilla en el cielo no es más que un reflejo tuyo que está ahí recordándome todo lo que eres para mí.

Un día te dije que eras YOLY LUNA, MI LUNA, tu sola has conseguido que eso lo mantenga, y tengo la seguridad de que eres, y serás, hasta el fin de los tiempos, la luna que ilumina la oscuridad de mi noche.”


Julio Marte




No hay comentarios:

Publicar un comentario